A ti, que sientes que la oscuridad te arrincona y deja sin salida
Esta vez traemos un artículo un poco diferente, unas palabras de María, que esperamos pueda aportar algo de esperanza a alguien que lo necesite:
Ojalá pudiéramos hacer desaparecer de un soplido todos tus miedos, heridas y dolores.
Ojalá estar contigo aliviara parte de la carga emocional que soportas. Ojalá fuera suficiente para darte esperanza.
Ojalá no existiera gente mala para hacer daño. Ojalá no necesitaras terapia para recuperarte de algo que jamás mereciste.
Ojalá pudiéramos, con solo mirarte, hacerte comprender que eres una persona valiosa, digna y válida. Que mereces lo bueno que tienes y lo bueno que vas a tener.
Ojalá fuera tan fácil y tan rápido como escribir estas palabras.
Pero no lo es.
Por eso necesitamos que te armes de paciencia.
Que aunque no tengas fe en el mundo, en ti y en el futuro, la tengas en estas palabras y en este presente en el que estamos juntos, juntas, en conexión a través de este escrito.
Que cuando te tiente la muerte la dejes pasar amablemente y te quedes aquí. Que le digas que solo necesitas tiempo, cariño y seguir los pasos adecuados. Y eso es lo que estás haciendo.
Que ante el sentimiento de soledad, conectes con quienes te aprecian. Y si parece que no hay nadie, tú sigues aquí, y nosotras también.
Quienes te rodean, o quienes te rodeamos, quieren, queremos, estar contigo y estar ahí para ti. Es lo que tú harías por ellos, o por nosotros, por nosotras. Permíteles, permítenos, hacerlo también.
Porque aunque no lo sientas así ahora…
Una mala racha, por muy larga y eterna que parezca, termina. Que no hay montaña tan alta como para que la bola de nieve que cae ruede toda la vida.
Que la tormenta pasa. Que la tierra se sanea.
Que las semillas brotan y los brotes florecen y dan fruto.
Que si por nosotras fuera, no dejaríamos que te pasara nada malo de aquí en adelante. Que en nosotras tienes una amiga, un abrazo, un gesto amable y un estar presente.
Que jamás volverás a estar solo, o sola, si no quieres estarlo.
Vamos a remendar las heridas, a disipar el dolor y a construir, poco a poco, un proyecto de vida que te motive, que sea agradable de vivir.
Porque más vale tarde que nunca y nunca es tarde si la dicha es buena.
Porque, si estás en nuestra vida, te aseguramos que te apreciamos con el alma.
Que eres importante. Que nos importas de verdad.
Y, si no lo estás, queremos que sepas que siempre hay hueco para alguien más.
En la vida y el cariño cabemos todas las personas.
Te damos nuestra más sincera y cálida bienvenida.
Gracias por estar aquí.
PD: Si te encuentras en mitad de una crisis emocional o suicida y estás en España, puedes llamar al número 024 (Línea de atención a la conducta suicida, gratuita y anónima) o incluso a emergencias (112).
0 comentarios