Aprendí a hablarme distinto y todo mi mundo cambió

Fotografía realizada por David Garcia Felis
Aprendí a hablarme distinto y todo mi mundo cambió.
Dejé ese «soy un fracaso» y me acogí al «he cometido un error».
Transformé ese «me rindo, no puedo con esto» en «esto es realmente difícil, pero voy a intentarlo».
Abandoné ese «no soy suficiente» y me vestí con las palabras «soy suficiente y digna también».
Porque nuestras palabras, las que nos decimos, también importan. También pueden destruirnos y reconstruirnos.
Comenta a continuación: ¿Te identificas con algunas de estas frases? ¿Qué frase abandonas y cuál acoges en su lugar?
Te leo en los comentarios y nos seguimos acompañando.
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