Síndrome del impostor: no es mérito mío haber llegado hasta aquí

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¿Os han dicho muchas veces que deberíais sentiros orgullosas por algo que no sentís que haya sido mérito o esfuerzo vuestro? Eso es lo que se pregunta «Una persona» a quien llamaré Carmen:
«La gente me dice que está orgullosa de mi y que yo debería estarlo también por ser como soy pese a haber pasado por mucho, que cualquier otra persona trataría a los demás como le han tratado y/o recurriría la alcohol o las drogas. Yo pienso que no es mérito mío ser la persona que soy, no es algo de lo que enorgullecerse, porque no es una decisión que haya tomado ni algo que hayas hecho contra mis impulsos, simplemente soy así. No sé cuál es exactamente mi pregunta, la situación en sí…»
Si lo prefieres, puedes ver la respuesta en el siguiente vídeo. Si prefieres leerlo, solo sigue hacia abajo y sigue leyendo.
Antes de nada, Carmen, comprendo cómo te sientes. A veces sobrellevamos o superamos situaciones por inercia más que por firme decisión y, sobre todo, esfuerzo por conseguirlo. Eso nos hace sentir que el mérito no es nuestro, que lo que hemos conseguido es fruto del azar, de la coincidencia o de la casualidad. Este pensamiento es lo que se conoce, popularmente, como síndrome del impostor. No se trata de un síndrome o trastorno mental, sino de un fenómeno psicológico que reúne ciertos patrones de pensamiento. En este caso, pensamientos sobre que, realmente, no merecemos los méritos que conseguimos o que nos acuñan. Extrapolamos las causas de ese éxito a factores externos, no a nuestra capacidad, esfuerzo o decisiones.
Las personas que suelen pensar de esta manera tienden a sentirse angustiadas por momentos y agotadas emocionalmente. Sienten que son un fraude y eso es de todo menos agradable. De hecho, hay estudios que lo relacionan con el sindrome de burnout, que es ese agotamiento mental y emocional que nos lleva a sentirnos saturadas por completo. Afortunadamente, tanto las emociones como los pensamientos pueden ser reeducados. Trabajo a menudo esa educación emocional y cognitiva en mi consulta online, y aunque pueda parecerlo, no es algo difícil de trabajar porque, la realidad, es que sí mereces el mérito de lo que consigues.
En el episodio anterior de María Te Responde hablaba sobre qué somos. Y es que somos un conjunto de un sinfín de variables. También nuestros logros se deben a muchos factores, algunos, personales, que dependen exclusivamente de nosotras. No reconocer esa parte que sí depende de ti, aunque no lo sientas así, es lo que hace que sientas que no mereces estar orgullosa de ti misma por llegar a donde has llegado. Y no es justo, Carmen. Porque siempre tenemos un margen de maniobra, incluso para rendirnos. Y tú no lo has hecho. Eso ha sido decisión tuya, más consciente o menos, pero tuya. Y eso ya es algo a reconocerte.
Por cierto, la semana pasada hablé sobre las siete claves para respetarse a uno mismo. Te invito a descubrirlas en el botón de abajo.
Gracias por cuidar de ti, por esforzarte y permitirme echarte una mano en tu proceso de superación personal, Carmen.
Y a ti, querida lectora, gracias por estar aquí. Si quieres enviarme tu pregunta sobre gestión emocional o superación personal puedes hacerlo en el botón «Quiero hacer una pregunta».
Un saludo, gracias por todo, y nos seguimos acompañando.
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