Cinco claves prácticas para expresarnos sin hacer daño

Photo by Hian Oliveira on Unsplash
Algunas personas tienden a ser directas y claras en sus comentarios, opiniones y expresiones verbales en general. A menudo, entran en conflicto con otras personas que pueden tomarse dichas expresiones de un modo personal. Esto genera, a la larga, una preocupación en la persona que puede llegar a pensar que algo no está bien en ella. En este artículo comparto con vosotras las cinco claves prácticas para expresarnos sin hacer daño. Si cumples estas claves, lo estás haciendo bien.
Del mismo modo, a otras personas les cuesta expresar lo que piensan o sienten porque anticipan una reacción o pensamiento negativos de las demás personas. Quizá pueden pensar que las verán como bordes, inflexibles, exageradas, exigentes, antipáticas… Y un sinfín de adjetivos más. También si este es tu caso, estos cinco consejos te ayudarán a expresar lo que piensas de una manera asertiva sin que haya cabida para los malentendidos.
1) Defiende tus opiniones desde el respeto
Tus necesidades, sentimientos y pensamientos son tan importantes como los de las demás personas. Tienes derecho, por tanto, a expresarte libremente, del mismo modo que la otra persona. Procura, eso sí, que en tus palabras se cuide la dignidad de la persona que quieres que te escuche. El respeto se manifiesta en el tono de voz, las palabras, la postura corporal y la intencionalidad de nuestra expresión.
¿Cómo? Bueno, imagina que estás eligiendo, con tu compañera de piso, el color del que vais a pintar la pared del salón. Ella quiere pintarlo de rosa y tú de morado. Defender tu opinión en este caso consistiría en expresar y argumentar tu opinión procurando no despreciar la opinión de tu compañera. Ambas sois igual de importantes y las dos posturas han de ser escuchadas.
2) No esperes que te lean la mente
Comunica lo que quieres o lo que te molesta desde la calma y la confianza. Esto, a veces, implica pararse un momento, unas horas o unos días antes de hablar con la otra persona. Eso sí, avisa a la otra parte de que necesitas tiempo. Es importante saber que las demás personas no están en nuestra mente ni tienen el deber de satisfacer nuestras expectativas. Partiendo de esta base, nos será más fácil expresar nuestra disconformidad de forma respetuosa y asertiva.
Por ejemplo, imagina que has tenido un desencuentro con un amigo. Para cumplir este punto, no sirve mostrar mala cara con la expectativa de que la otra persona adivine que no estás bien y por qué. O esperando que haga algo en concreto. La asertividad implica expresar abiertamente, sin segundas intenciones, lo que pensamos y sentimos. Y respetar al mismo tiempo lo que la otra persona expresa, explícitamente, que piensa y siente al respecto.
3) Escucha desde el respeto
Escuchar suena fácil, pero lo cierto es que requiere atención y respeto hacia la persona que habla. En el artículo Las 3 claves que usan quienes saben escuchar de forma respetuosa compartí con vosotras tres claves y algunos ejercicios prácticos para esa escucha activa y respetuosa. Puedes leerlo haciendo clic aquí mismo.
Si quieres ser una persona asertiva, procura evitar las interrupciones cuando otra persona esté hablando. ¿Cuántas veces has querido decir algo y, como no había espacio, lugar, tiempo entre las distintas intervenciones, no lo has dicho? Nada nos detiene más que la interrupción o la falta de espacio para ordenar nuestras ideas y expresarlas.
Asimismo, una forma muy eficaz de ahorrarse malentendidos es preguntar, abiertamente, aquello que no hemos entendido o que nos ha hecho sentir «en alerta». Por ejemplo, «¿a qué te refieres exactamente con…?»
4) Practica la empatía
Este es probablemente el punto más difícil. Intentar ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona requiere dejar un momento, a un lado, el «yo» para centrarse en «el otro». Pongamos un ejemplo práctico sobre esto:
Imagina que alguien ha escrito un poema y te ha pedido su opinión. A ti, en realidad, ese poema no te ha gustado. Expresa tu opinión de forma sincera, pero respetuosa, expresándolo como te gustaría que lo hicieran contigo. Tener tacto no implica no expresarnos, sino cuidar la forma en la que lo hacemos. Eso también es empatía.
5) Habla desde el «yo»
Es habitual que, cuando nos sentimos heridas, acusemos o reprochemos a otras personas lo que, en nuestra opinión, no han hecho bien. El problema es que la acusación y el reproche suele dar como reacción natural la defensa, ya que no deja de ser, en realidad, un ataque personal. La clave de este punto es cambiar el «es que tú…» por un «yo siento que…».
¿Por qué? Porque a veces extrapolamos a la situación o proyectamos en otras personas algo que es personal, de nuestro sentir. Nuestras expectativas y prejuicios se van gestando a lo largo de nuestra vida, y para evitar que éstos se interpongan en nuestras relaciones es importante tenerlo en cuenta. Si sientes que esta es tu principal debilidad, te invito a leer este artículo sobre Cómo dejar de tomarse las cosas como algo personal (clic aquí).
Dime en los comentarios
¿Conocías estas cinco claves sobre la comunicación asertiva? ¿Las aplicas o hay alguna que te cueste más?
En mi caso, he fallado muchas veces, en el pasado, en el punto 2. Eso de que las demás personas no leen la mente me costó un poco asumirlo. Pero bueno, lo apasionante de la vida es que es puro aprendizaje. Ahora siento que mis relaciones son mucho más asertivas, saludables y satisfactorias que antes.
¿Y tus relaciones? ¿Cómo son?
Responde a la pregunta que quieras. ¡Tengo ganas de leerte!
Muy interesante. Gran parte de mi vida me he sentido borde por ser directa y ahora soy directa y ya esta, pero a lo mejor debería expresarme con un poco de más tacto. Seguire tus consejos, no quiero hacer daño a nadie, solo ser sincera.
Espero que los consejos te ayuden a sentirte más cómoda y a expresar lo que quieres de forma más asertiva. ¡Gracias por tu comentario!