Orientatips

Cuida tus emociones, cuida de ti

Responsabilidad afectiva: ¿Qué es realmente cuidar una relación?

se ven dos pares de manos sosteniéndose

La responsabilidad es una palabra con la que entramos en contacto desde temprana edad. En un primer momento, en la infancia, se nos habla de responsabilidades en casa o en la escuela. Entonces, la idea de la responsabilidad es hacerse cargo de las cosas, de las situaciones. Pero, ¿qué pasa cuando hablamos de los vínculos interpersonales?

Existe una ética posible en los vínculos llamada “responsabilidad afectiva”. ¿Conoces este concepto? ¿Qué imaginas que es? Probablemente no lo aprendimos en casa o en la escuela y, si nos suena el término, es porque hemos leído nosotras mismas sobre ello, por nuestra propia iniciativa y ganas de mejorar.

Responsabilidad afectiva significa tener presente que todo acto tiene sus consecuencias y debemos hacernos cargo de ellas. La responsabilidad afectiva en este sentido implica que, si estamos en relación con otra u otras personas, todo acto que realicemos va a tener una consecuencia en esa o en esas personas. Y viceversa.

Está relacionado, como no puede ser de otro modo, con la empatía, y es, además, una herramienta para construir vínculos de mayor cuidado y dignidad. El tipo de vínculos que todas las personas merecemos.

¿Qué significa cuidar mis relaciones con los demás?

Es un modo de vincularnos, no una frase de moda. La responsabilidad afectiva no es un lindo discurso para repetir, sino un modo de vincularnos que nos lleva a la acción, al cuidado y al respeto de nuestros sentimientos y los de los demás. Implica un cuidado mutuo, es decir: cuidar también a la otra persona. Aunque ese cuidado mutuo a veces signifique decirle que ya no quieres estar más en esa relación.

Apoyándonos en Noelia Benedetto, podemos decir que estos comportamientos y compromisos contribuyen a una ética saludable en la relación:

  • Comunicarse desde la sinceridad y la claridad en cuanto a la intención del vínculo que se mantiene, desde el inicio, para evitar malentendidos y ambigüedades.
  • Establecer acuerdos y límites sea cual sea el tipo de vínculo, con el fin de respetar y no herir a la otra persona a propósito, y viceversa.
  • Asumir la responsabilidad de los comportamientos propios, así como de las emociones que generan, cuando afectan al vínculo o a la otra persona.
  • Comunicar desde el respeto las decisiones que se tomen y que afectan al vínculo, en lugar de castigar con el silencio o desaparecer sin más.
  • Sea cual sea el tipo de relación (romántica, sexual, amistad, familiar…), priorizar el cuidado mutuo: el de la otra persona y el propio también.

La responsabilidad afectiva requiere honestidad hacia una misma y hacia las personas con las que nos vinculamos, para comunicarnos desde el respeto, la claridad y el cuidado mutuo. ¿Nos cuentas tu experiencia en este sentido en los comentarios, más abajo de este artículo? ¡Te leeremos con amor!

¿Cuándo las relaciones no son sanas?

La responsabilidad afectiva aplica a todo tipo de relaciones, incluyendo las que van más allá de lo romántico: las de amistad, las exclusivamente sexuales, las familiares, etc. La realidad es que no hay una receta de cómo debería ser un vínculo afectivo. La certeza es que hay que cuestionar los vínculos que nos enseñaron, respetar a la otra persona y cuidar sus emociones.

Siguiendo el hilo del punto anterior, es fácil imaginar las señales y comportamientos que implican una falta de responsabilidad afectiva:

  • Comportamientos que puedan llevar a ilusionarse a la otra persona cuando no se desea una implicación realmente.
  • No establecer ni respetar límites personales, haciendo justo aquello que, se sabe, hiere a la otra persona. Si esto, además, se repite en el tiempo, es más grave.
  • Cambiar de actitud de forma repentina o desaparecer sin explicación previa, como si eso no fuera a impactar en la otra persona con la que se ha vinculado.
  • Una de las partes abusa de su poder y la otra cae en la complacencia. Ni una cosa ni la otra es cuidado mutuo, en equilibrio, reciprocidad y salud.
  • Evitar dar información clara y explícita sobre las intenciones del vínculo, huyendo de la responsabilidad y la consecuencia derivada de ello.
  • No hacerse cargo del impacto del propio comportamiento, y las palabras que se expresan, en otras personas. El gaslighting es una forma de manipulación emocional.
  • Se pretende que la otra persona adivine lo que una misma siente o piensa, responsabilizándola de no satisfacer las propias expectativas, en lugar de expresarlo sin más.
  • Mentir u ocultar información relevante sobre el vínculo, como que no existe conexión o no se quiere mantener, y recurrir a formas de huida más dañinas como el ghosting.

Todos estos comportamientos tóxicos llevan a concluir que la relación no es sana. Por tanto, si sufres de ellos, permítenos decirte que no lo mereces. Y si eres quien los lleva a cabo, por favor, replanteate tu forma de vincularte. ¡La vida es aprendizaje!

¿Qué hacer para mejorar mis relaciones?

Para poder poner en práctica la responsabilidad afectiva es necesario trabajar la asertividad de base, solo así podremos decir qué deseamos, qué nos molesta, qué sentimos, entre otras, de una forma clara, honesta y directa. Y escuchar lo mismo de la otra persona. Es imprescindible tener en cuenta que las relaciones van más allá de nosotras mismas, por lo que se debe cultivar la empatía y evitar el egoísmo.

Para mejorar nuestras relaciones, será sano guiarnos por estos 5 consejos:

  • Establecer acuerdos, a través del diálogo, dejar claro qué está permitido y qué no para las partes implicadas.
  • Hablar con cuidado, con respeto, con empatía y con sinceridad, será la clave para llevar una relación afectiva con responsabilidad; sólo así podremos cuidar de la otra persona y cuidar de nosotras mismas, siendo responsables de nuestros actos y asumiendo las consecuencias de lo que decimos y hacemos.
  • Validar a la otra persona: sus emociones y pensamientos también importan. Escuchar activamente y demostrarlo desde el respeto a lo que esté expresando.
  • Ser conscientes del daño que podríamos ocasionar a la otra persona y el deterioro que pudiésemos causar también a la relación, tanto con los comportamientos como con las palabras.
  • Saber que aplica para toda relación, sin importar si es de una noche, un par de meses o años, e implica un respeto al otro como individuo.

Todas las personas somos importantes, valiosas y merecemos dignidad. Tú, también, así como cada persona con la que te relacionas y vinculas.

Si quieres profundizar en este tema, te animamos a sumarte a nuestro Gimnasio Emocional de María. Además de sesiones en directo, un grupo de apoyo mutuo precioso donde te sentirás comprendida, encontrarás el curso “Sana tus relaciones personales paso a paso”, que seguro te ayudará a cuidarte a ti sin descuidar a los demás.

Te animamos a compartir este artículo en tus redes sociales para que, si alguno de tus seres queridos necesita de estos consejos, los reciba.

María de Oriéntate con María relajada, contenta y apoyando la cabeza sobre la mano

¿Cómo estás?

Soy María

Doctora en psicología y pedagoga terapeuta (col. nº1433 en COPYPCV) especializada en gestión emocional y procesos de superación personal. Compagino mi consulta online con la investigación científica en emociones, ansiedad, bullying y sus secuelas.

Suscríbete a la Newsletter

Recibe en tu correo electrónico orientatips para conocer tus emociones y mejorar tu bienestar. Cuida de tus emociones, cuida de ti

Estas son nuestras redes sociales, en ellas compartimos más recursos sobre bienestar emocional:

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Descubre cómo relajarte en 20 minutos

¿Te sientes estresada, agobiada o angustiada? ¿La incertidumbre te puede? ¿Te cuesta gestionar tus emociones? ¿Tienes dificultades para concentrarte en tus tareas diarias? ¿Tienes un torbellino en la cabeza que parece interminable? 

He preparado esta sesión de relajación guiada porque quiero que relajes tus emociones, cuerpo y pensamientos, y seas más dueña de tu estado emocional, reacciones y decisiones. 

Consentimiento tratamiento datos

You have Successfully Subscribed!

×